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Daedalus.                                                          Cap.XIII

 



- Ni por todo el oro del mundo. Esos cabrones no se andan con tonterías, de eso puedes estar segura. Sé de lo que hablo.- El recuerdo de Galoise, su imagen vaporizada por el paso del tiempo, le atravesaba la garganta como una espina.-

- Somos perfectamente conscientes, créeme. Tengo que insistir en lo minucioso del proceso de tu elección como asaltador. Se trata de una opción meditada y analizada escrupulosamente. Deja que te recuerde que en cuestión de información, nuestra baza es ir siempre un paso por delante.

- Con eso y con todo… Gracias por el halago, pero creo que estimo demasiado mi rutina, tal y como se mantiene, lo mío me ha costado, hasta el día de hoy.

- Entiendo. Veo que la huida no te resulta un camino ajeno. Que le pregunten a Galoise si no, ¿verdad?

- ¿Cómo coño…?

- Un paso por delante. Siempre.


    Apenas dos adolescentes imberbes con el poco futuro que la sociedad les brindaba por delante. Y talento para dar y derrochar. A manos llenas. Dos mocosos inmersos en un medio ajeno. Hostil. Dos críos impacientes por cambiar las cosas, impunes en la inocencia, espoleados por la pulsión de revuelta que la juventud dicta.
    Mano a mano, desarrollaron completo el potentísimo software del gusano llamado a poner en jaque la siniestra estructura tejida por El Consejo. La Termita. Así llamaron a su criatura. Steganous todavía se estremece, con la mirada perdida frente a Gabriel, al recordar la escena; Él fué lo suficienteme rápido, y escapó arrastrándose entre las sombras de la casa cuando escuchó el primer golpe. En una esquina del garaje, oculto entre el juego de oscuridades que el fluorescente derramaba por toda la estancia, aguantó agazapado, aterido y mudo hasta que los CORP (agentes del cuerpo de seguridad inter-corporativo) se hubieron marchado arrastrando el cuerpo vencido de su compañero.
    Recuerda los gritos de Galoise rebotando inermes en las paredes del pasillo y todavía se le eriza la piel: "Tú eres más importante que la Termita", "No les digas nada".
Galoise siempre le hacía ruborizarse. Durante las largas noches de trabajo, programando la Termita, acostumbraba a levantarse de la silla, estirando los brazos hacia el cielo. Le ponía una mano sobre el hombro y decía "Tu talento te sobrevivirá a tí, y a nuestro trabajo, pase lo que pase. Voy a hacer un poco de café. ¿Quieres?"
    Sabía que albergaba un tibio y pausado deseo sexual hacia él, y nunca le importó. Cada vez que Galoise clavaba los ojos entrecerrados en los suyos, se sentía halagado, de hecho.
En aquella habitación extraña, frente al Legado, sintió no haber besado nunca a su compañero, por agradecimiento, comprensión, o ternura.
    Aún tirando de todos y cada uno de los hilos. Incluso usando cada contacto del que dispuso, tardó una semana completa en enterarse.
En menos de doce horas, un jurado expreso condenó a Galoise por sedición y traición contra El Consejo. Los Corp, ya con vía libre, le torturaron hasta la muerte en una habitación aséptica y blanca, desprovista de cualquier objeto, color o aroma que recordase a un milímetro de humanidad. Lo vejaron, humillaron y anularon hasta la hez. Lo denigraron molécula a molécula. A nivel físico y mental. Era cosa sabida, aunque ilegal, que el software de tortura que manejaba la Corp. era tan avanzado como los programas de transplantes más refinados y precisos del mercado.
    No le sacaron una palabra.
Un mes y medio después, Steganou todavía gastaba la mayor parte de su tiempo mirando el techo de la habitación en la que se hospedaba desde la blanda profundidad del sofá-cama.
    Quince días después, abandonó el proyecto y destruyó cada información, cada documento, cada línea de programación que hiciera referencia a La Termita. Hasta el día presente, vivió con el peso de la traición sobre los hombros.


- No sólo nos sirve para eso. Para ir un paso por delante, quiero decir. Los contactos, según en qué esfera y en qué momento, sirven para muchas cosas; Galoise sufrió lo indecible en aquella habitación, eso es cierto, pero como imaginarás, no podíamos permitirnos el lujo de dejar que se echara a perder semejante potencial.- Los ojos de Steganou traspasaban el cráneo de Gabriel como si fuese transparente.

-¿Quieres decir?

- Quiero decir que fuimos informados de su detención en el momento exacto, y que movimos los hilos adecuados para que un funcionario conservase una copia intacta de su yo antes de la ejecución. Galoise está, al cabo, en nuestros archivos. Es cierto que no nos sirve de mucho, pues su información es tan terca como lo fué su persona en vida. Nunca habíamos visto nada parecido. Jamás sacamos nada en claro de su info, pero no es menos cierto que podríamos "rehabitarlo" en un cuerpo si nos ayudas, y ese fuera tu deseo. Considéralo un plus en agradecimiento a tu cooperación.

- Dónde, y cuándo.

- Nuestras posibilidades pasan por neutralizar el nodo central antes del ataque masivo. Aquí en Túnez. El acceso digital al nodo es el equivalente al ojo de una aguja defendido por una guarnición de tanques. Hay que asaltarlo físicamente. Sabil Ehl Sabah te dará el resto de información en cuanto abandones esta conexión y regreses a la cabina de descarga. Mañana es demasiado tarde. Que el porvenir te encuentre caminando, Polilla.    

 

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