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Daedalus.                                                             Cap.VII

 

     Synaptics no sólo cambió para siempre el modo de interactuar con el entorno; La política, las costumbres, las relaciones interhumanas, los nexos axiales, el pensamiento eurasiático, la religión, el vicio, lo cotidiano, no volvieron a ser la misma cosa. Ni a parecérsele. Mutaron en pos de un punto imperfecto pero firme a un ritmo exponencial.

    Maximilian Ibn Broderich, "El Carpintero", llegó a ser uno de los hombres no adscritos al Consejo más poderosos de Eurasia.
Los pocos que le conocieron, contaban que acostumbraba a fabricar con sus propias manos maquetas de "naves espaciales" en espuma elástica de pseudo-madera: La USS Sulaco, La Nabucodonosor, La Discovery, La Estrella de la muerte e incluso algún pequeño X-Wing pintado a mano con sus roces y desconchones propios de la batalla. Todo artefacto volador que apareciese en cualquier material visual escondido en lo más recóndito de las zonas artísticas prohibidas de las BDV'S que algunos grupos subersivos mantenían el línea.

    Con paciencia, y desde abajo, El Carpinteró construyó el nuevo nirvana para una sociedad que se deshilachaba por las costuras:

La Rembha.
Rembha de bajo nivel y exposición prolongada para los obreros mecánicos y para los Hacedores.
Rembha refinada para los Conectores y los Postores.
Rembha cristalina en estado puro, de unos efectos efímeros como segunderos pero psíquicamente atroces, sólo para dueños corporativos, miembros del Proceso y Adeptos de la Preceptura.

    Apenas un trozo de código. Ochenta líneas binarias escasas, que inyectadas con un impulso eléctrico, a través de la interfaz, provocaban un volcado neuronal físicamente inocuo, pero espiritualmente devastador.
Shiva puesta de LSD hasta las cejas depiladas.

Cristo, todavía imberbe, impregnado de sativa.


     La morfología y el efecto mutaban en función de la arquitectura cognitiva del individuo. Código imposible de duplicar o piratear. Impregnado en los impulsos eléctricos de la ampolla monodósis.
    Una obra de amor. De amor al poder o al vasallaje. Un verdadero emporio.

La Rembah era el equivalente epitelial a tocar el cielo con muñones eléctricos. Oro puro en un tejido social que manejaba la realidad como quien amasa harina para hacer pizza.
    La sacudida empezaba en el tálamo cerebral para expandirse en forma de árbol hacia cada terminación nerviosa.

Enraizada y expandida como una bacteria entre todos y cada uno de los estratos sociales, la nueva droga fué aceptada masivamente cincuenta años después de su nacimiento.
    El Proceso no llegó a legalizarla nunca.

 

 

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