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Daedalus.                                                           Cap.XI

 

    

    - Por cierto, mi nombre es Gabriel.- Jugueteaba con un cable entre los dedos que no acertaba a conectar en la placa del apple II.
- Polilla.
- Jajajaja… ¿Cómo?.- Se reía como una cría que acabase de escuchar un chiste de adultos.
- Bueno… Steganou es mi… nombre digital. Mi alias de batalla, si lo prefieres. La gente con la que mantengo algún tipo de relación en el mundo físico me llama Polilla.
- Ammm… Entiendo… Está bien, Polilla. ¿Sabes por qué estás aquí?
- Ni con el comodín del público.- Solía utilizar expresiones obsoletas que le hacían gracia, la mayoría de programas de tv del siglo XX que conseguía en las BDV's. - A decir verdad, tengo unas cuantas preguntas.
- Todas serán respondidas en breve. Para ser sincera, tenemos un poco de prisa. El tiempo, para variar, corre en contra nuestra.
- ¿Qué hago aquí? Quiero decir, ¿para qué estoy aquí y por qué estoy aquí yo precisamente, y no cualquier otro?
- En primer lugar, porque podemos pagar tu precio. Nuestro "presupuesto" es limitado, y los asaltadores no sois baratos, precisamente. Dejando el tema económico a un lado, hemos estudiado tu currículo detenidamente. Somos conocedores, y diría que admiradores sinceros, de tu habilitad para filtrarte entre las grietas del sistema y explotarlas. Podría decirse que tu capacidad de asalto al status quo nos viene francamente bien.
- Soy tan bueno en lo que hago como cualquier otro. A bote pronto, se me ocurren una decena de hijoputas tan hábiles como yo que os habrían costado lo mismo o menos.
- Buenos, llámanos románticos, si quieres, pero ninguno de esos nombres viene de la línea sanguínea de la que tu procedes. ¿Te suena de algo el nombre de Raymond Minsky?- Steganou torcía la boca en un gesto de indiferencia.- Debería sonarte. Minsky fue un hito histórico para la resistencia, y su legado genético, por parte materna, corre por tus venas.
-Entiendo…- Steganou parpadeaba lentamente, tratando de contener su lenguaje corporal. Le sudaban las manos dentro de los bolsillos.- Aceptemos que habéis alquilado mis servicios porque soy un asaltador competente y además, un pariente lejano mío, del que ni siquiera tenía noticia, fue un pez gordo de la resistencia, hecho del que dudo completamente, ya que ninguna alarma de nexo ha saltado en mi rastreador de BDV's mientras mantenemos esta conversación. Supongamos que vuestros métodos de búsqueda son más eficientes que los míos, y que sabési cosas de mí que yo mismo desconozco. Mi siguiente pregunta sería: ¿Para qué cojones me necesitáis?
-Te necesitamos para conservar el ciclo natural de la información.
Para preservar lo que de humanos nos queda todavía, ni más, ni menos.

 

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